De poetas que se nos adelantan…
Eduardo Escobar
Ante todo POETA, así con mayúsculas.
Colombia 1943 – 2024
Escritos en contravía 2023
Cuando nada concuerda
Cabos sueltos
Prosa incompleta
De locuras geniales
Tomado de la revista: EL BANDO
Villamaga. Cali, Colombia
Todos los tiempos…
De Los Chifladitos
«- Oye Lucas, ¿Tú crees que sea útil ser poeta?
– Claro que sí, Chaparrón, si no, ¿Qué pretexto vas a encontrar para morirte de hambre?
– Sí, pero yo quiero decir: ¿Tú crees que si hubiera más poetas la gente avanzaría con más seguridad por la vida?
– No, Chaparrón, para avanzar con más seguridad lo que hace falta es sincronizar los semáforos
– Estás en lo cierto, pero de cualquier manera para algo deben servir los poetas…
– Bueno, yo los utilizaría para disolver manifestaciones.
– ¿Para disolver manifestaciones?
– Sí. Chaparrón, ¿No te has fijado en cómo se desbarata una reunión en cuanto alguien se para a declamar un poema?
– Estás en lo cierto.»
Los Chifladitos 1992
Roberto Gómez Bolaños
De poetas
Gonzalo Arango
Poeta fundador del NADAÍSMO, movimiento literario colombiano
Enero 18, hoy en su natalicio.
Obra negra (Prosas para leer en la silla eléctrica y otras sillas)
Primer manifiesto nadaísta
Sexo y saxofón
Nada bajo el cielo raso
Providencia
De escritores inmensos
Tomado de: Javier Santamarta del Pozo Facebook
16 de enero de 1605
«El ingenioso hidalgo don Qvixote de La Mancha».
Primera edición Madrid España.
De poesía…
INTERMITENTE
Te arrastras por el asfalto
Te ensanchas,
te acercas desde el arcano
te extiendes a mi vera .
Esa que…
Te implanta en el misterio de esta vida y
Te devuelve a la oscuridad
De este poema sin dilucidar.
L.M.MUÑOZ
De cantautores
Joan Manuel Serrat
27 de diciembre, en el día de su aniversario.
De escritores
Tomado de: Benditos poetas, facebook
De escritores
José Saramago (1922-2010)
Escritor portugués
Intermitencias de la muerte
Ensayo sobre la ceguera
El hombre duplicado
El evangelio según Jesucristo
Caín
De escritores
Jerome David Salinger (1919.2010)
Escritor estadounidense
El guardián entre el centeno
Fanny y Zooey, 1961
Levantad, carpinteros
La viga del tejado, 1963
De escritores
El problema final
Arturo Pérez Reverte.
De poetas cantautores
Joan Manuel Serrat.
De escritores…
Juan José Arreola (1918-2001)
Estas páginas mías (1985)
Bestiario (1938)
Confabulario (1952)
La feria (1963)
PoEsÍa
En mi ventana
explosión amarilla
florecido árbol.
De cantautores et
Víctor Jara (1932-1973)
Poeta, cantante, chileno
Te recuerdo Amanda
Plegaria a un labrador
Deja la vida volar
Manifiesto
De escritores …
Tomado de: El club de los libros soñadores. Facebook.
PoEsÍa
Solo una noche cómplice
bastó,
para fundirme
con el infinito.
De poetas
Jairo Aníbal Niño (1941-2010)
Poeta, novelista, guionista, director de teatro
La alegría de querer 1986
Zoro 1977
Preguntario 1989
Los papeles de Miguela 1993
La hermana del principito 1995
Puro pueblo (cuentos) 1977
PoEsÍa
Tristeza calma
tejida con ausencias
del amor ido.
De poetas
Que te vas a acordar Isabel
Que te vas a acordar Isabel
de la rayuela bajo el mamoncillo de tu patio
de las muñecas de trapo que eran nuestros hijos
de la baranda donde llegaban los barcos de La
Habana cargados de…
Cuando tenías los ojos dorados
como pluma de pavo real
y las faldas manchadas de mango
Qué va
tú no te acuerdas
En cambio yo no lo notaste hoy
no te han contado
Sigo tirándole piedrecillas al cielo
Buscando un lugar donde posar sin mucha fatiga
el pie
Haciendo y deshaciendo figuras en la piel de la
tierra
y mis hijos son de trapo y mis sueños de trapo
y sigo jugando a las muñecas bajo los reflectores
del escenario
Isabel ojos de pavo real
Ahora que tienes cinco hijos con el alcalde
y te paseas por el pueblo con un chofer endomingado
ahora que usas anteojos
cuando nos vemos me tiras un “qué hay de tu vida”
frío en impersonal
Como si yo tuviera eso
Como si yo todavía usara eso.
RAÚL GÓMEZ JATTIN (1945-1997)
Poeta colombiano
Amanecer del valle del Sinú
Retratos: poemas
Poemas 1988
Esplendor de la mariposa 1995
De poetas
He escrito un viento, un soplo vivo
del viento entre fragancias, entre hierbas
mágicas; he narrado
el viento; sólo un poco de viento.
Noche, sombra hasta el fin, entre las secas
ramas, entre follajes, nidos rotos –entre años–
rebrillaban las lunas de cáscara de huevo,
las grandes lunas llenas de silencio y de espanto.
Aurelio Arturo (1906-1974)
Poeta colombiano
Morada al sur 1945
Este verde poema
De poetas…
Gonzalo Arango (1931-1976)
Poeta colombiano fundador del Nadaísmo, movimiento literario
Obra negra 1974
Prosas para leer en la silla eléctrica 1969
Cartas a Julieta 1950
Sexo y saxofón 1963
Primer manifiesto 1958
PoEsÍa
Empieza la lluvia
negra y presurosa
pasa la mariposa.
De poetas…
FUTURO
Decid cuando yo muera… (¡y el día esté lejano!):
soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento,
en el vital deliquio por siempre insaciado,
era una llama al viento…
Vagó, sensual y triste, por islas de su América;
en un pinar de Honduras vigorizó el aliento;
la tierra mexicana le dio su rebeldía,
su libertad, su fuerza… Y era una llama al viento.
De simas no sondadas subía a las estrellas;
un gran dolor incógnito vibraba por su acento;
fue sabio en sus abismos -y humilde, humilde, humilde-
porque no es nada una llamita al viento…
Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales,
que nunca humana lira jamás esclareció,
y nadie ha comprendido su trágico lamento…
Era una llama al viento y el viento la apagó.
Por: Porfirio Barba Jacob (1883-1942)
Seudónimo del Poeta y escritor colombiano Miguel Ángel Osorio Benítez
Canción de la vida profunda
Nocturno
Soberbia
Parábola del retorno
No tardaré, no llores
De escritores…
Antonio Machado (1875-1939)
Poeta español de la Generación del 98
Campos de Castilla
Juan de Mairena
Soledades
Anoche cuando dormía
De escritoras…
Michela Murgia (1972-2023)
Escritora italiana.
Il mondo deve sapere
Viaggio in Sardegna
Acabadora
PoEsía
Complicidad estrecha y vieja
en aquel encuentro,
con su halo nos envolvió.
De escritores…caminantes
Tomado de: TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA CAFÉ Y LETRAS QUINDÍO
CAMINAR Y PENSAR
Por: Carlos Fernando Gutiérrez Trujillo
Camino. Hoy seguimos la ruta del Alto Quindío, vía Cocora – Estrella de agua. Entre bosques de niebla, quebradas cristalinas y un camino que serpentea entre las montañas, nos internamos hacia la cordillera de Los Andes. El rumor del agua entre las piedras y el viento que baja del páramo entre las hojas de los alisos y robles, permiten que los pensamientos afloren desde lo profundo.
Detenernos con el canto de las mirlas y el aleteo de los colibríes, permite expresar este sentido del caminante:
¿Acaso un computador, un automóvil, un teléfono, un avión, una pantalla; terminarán por atarnos a una silla? ¿Reducirnos físicamente? Como autómatas nos pasamos los días tecleando, pasando frente a un frenesí de imágenes e informaciones que suceden una tras otra, sin dejar ninguna huella esencial. Una Matrix de entretenimiento que no cesa, sonidos que llenan el temor del silencio, compañías virtuales que intentan engañar la soledad. El miedo de mirarnos y descubrir que estamos llenos de objetos sin alma.
Si deseo escapar a estos límites, camino. Para desconectarme y escapar de estas redes, tomo una ruta de montaña y trasgredo esta Modernidad que arruina cuerpos y pensamientos. Al recorrer senderos y bosques, podemos romper el tedio de lo urbano, la repetición de convenciones. La complacencia de hacer lo mismo. Al emprender una ruta natural, estamos dejando atrás las huellas de lo que habíamos sido, de intentar ser otros en otro lugar y tiempo, de trasgredir los límites personales hacia un lugar nuevo o diferente. Estamos dejando entrever otros sueños.
En el caminar se han gestado pensamientos profundos. Nietzsche lo había anunciado “La vida sedentaria constituye el auténtico pecado contra el espíritu” Cuando nuestros pasos se mueven por el ímpetu de la aventura y el camino, estamos “mitológicamente en el gesto más humano” con lo decía R. Barthes. Al caminar, estamos participando de una aventura histórica. De la huella humana más antigua sobre la tierra.
Cuando aventuro mis pasos por este bello sendero del Quindío, me doy cuenta que cuerpo, mente y camino, están alineados para volver hacia una raíz primigenia y escapar del frenesí moderno. Así son los caminos, cuando los afrontamos con la simpleza del pensamiento.
Escritor y poeta Armenia, Quindío, Colombia.
PoEsÍa
Cielo ligero
de las primeras horas
eleva el alma.
L.M.MUÑOZA
PoEsÍa
Límpida y lisa
queda la playa
después del oleaje.
De poetas…cantantes
«Ella era tan linda como
yo feo, era tan rica como
yo pobre y por si fuera poco,
tímido. Pero un día me animé
y cuando ya había pasado le
dije casi cobardemente: te amo,
ella se detuvo, se dio la vuelta
y me dijo, yo también. Entonces;
Se me escaparon de las manos
los globos que vendía en la plaza
y el cielo del sábado se llenó de colores».
FACUNDO CABRAL
Cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino.
No soy de aquí ni soy de allá.
Me gusta la gente simple.
Entre pobres.
De escritores…poetas
Tomado de: De genios Poetas y Locos. FAcebook
Mario Benedetti, escritor uruguayo.
La tregua
Gracias por el fuego
El amor, las mujeres y la vida
La noche de los feos
Quién de nosotros
Inventario
De escritoras
ARTEMISA
Anna Banti (1895-1985)
Escritora italiana
Le donne muoiono
Il bastardo
Le mosche d’oro
De escritores
Tomado de Literatura. Facebook
Jorge Luis Borges
Escritor argentino (1889-1986)
Ficciones
El aleph
Labyrinths
Las ruinas circulares
Siete noches
PoEsÍa
Con la veleta
y las risas infantiles
juega el viento
De escritores
Tomado de Benditos poetas
Gabriel García Márquez (1927-2014)
Escritor colombiano Nobel 1982
Cien años de soledad
Crónica de una muerte anunciada
Doce cuentos peregrinos
El general en su laberinto
De escritores
Charles Bukowski ( 1920-1994)
Escritor estadounidense
La senda del perdedor 1982
ERECCIONES, EYACULACIONES, EXHIBICIONES 1972
De escritores…idos
Tomado de: Lilo Vilaplana. Facebook
PoEsÍa
NO REGRESES…
Estoy desterrado de ese cuento
en tiempo presente.
Estoy proscrito del verso
Que te invoca, rostro sin nombre.
Estoy condenado al exilio
De la eternidad, sin regreso.
Estoy ausente del final de esta historia
Como en aquel cuento en el que vivías
al aleteo y al aguacero,
a la sombra, al camino y al adiós.
No regreses ya no estoy a tu alcance. “
De relatos en primera
YO Y LOS MISERABLES
Nunca he llorado tanto como cuando asistí a un entierro literario, el de Jean Valjean. Y he ido a por lo menos 20 de esos y a otro tanto en presencial. Todo empezó cuando Mary, mi tía, me entregó un libro sin carátulas, con las hojas papel biblia enrolladas como cuaderno de niño de preescolar, desde inicio y hasta el fin. Era una tarde de esas en que ya nada te divierte y de puro aburrimiento le pregunté desde abajo, desde el patio de mi casa hasta la terraza de la suya, si tenía algo para hacer, una tarea por terminar, un …no alcancé a terminar. “Si, sube, lo tengo y te viene como anillo al dedo”.
En tres minutos estaba de pie ante la puerta de su casa con el aldabón en la mano, antes de que diera el primer golpe, esta se abrió. Arriba de los cien escalones estaba ella con una sonrisa entre maliciosa y complacida y un mamotreto en la mano. Llegué hasta allá, me invitó a pasar. En la mesita de la sala chorreaban gotas de un vaso de jugo. “Siéntate, te voy a explicar”. Eso hice.
–Este es un libro muy querido por mí, puede que no me creas al ver el estado en el que está, pero lo he leído y releído tantas veces… —explicó.
— Pero parece un cuaderno de niños con todas esas “orejas”, como me decía mi profe en primaria—dije socarrona.
–Eso es lo que quiero que arregles, cuando las tengas planitas y una encima de la otra, yo me encargo de montar estas—mostró las dos carátulas.
En una de ellas y con letras grabadas en tonos tierra sobre verde musgo se veía el título: LOS MISERABLES. Un poco más abajo y en color blanco estaba el nombre de un hombre: Víctor Hugo. Luego supe quién era, averigüé todo sobre su vida sin escatimar enciclopedias, libros de literatura, diccionarios de personajes, contra carátulas de sus libros, en fin, me sentía tan cerca de él, como si fuera parte de su familia.
Con el tesoro y la encomienda formal me instalé en el centro de reuniones de mi familia. Pinzas, prensas improvisadas, clips, martillos, planchas estaban regados por toda la mesa del comedor. No sabía por dónde empezar, así que empecé a leer. A esa primera página de puntas encrespadas le siguió la segunda y la tercera, y… Eran casi las siete de la tarde cuando una tromba irrumpió entre posaderos, pobres, viajeros, y el cansancio y hastío de los hombres de letras y papel.
–Es la hora de la cena, recoge tus cosas—dijo mi mamá.
Mis cuatro hermanos, mi padre y mi madre reclamaban su lugar para cenar. Recogí las herramientas aún sin utilizar, mi tesoro de palabras de hojas enrolladas y me fui a mi cuarto. A mis 16 años no lo compartía con nadie, de eso apenas hacía unos cuatro meses. Dejé el encargo sobre mi mesita de noche y todo lo demás en el suelo.
No veía la hora en que todos terminaran de comer, era una herejía levantarse antes. Algo allá en mi alcoba me llamaba. ¿Era monseñor Bienvenido? ¿Sería el señor que no quisieron atender en la posada? Detrás de él me voy apenas suene la última cuchara sobre el plato.
–Son las tres de la mañana—susurró la voz de Jean Valjean.
Me tiré de la cama de un salto, el libro cayó lejos, un click en la lámpara de mi mesita me dejó a oscuras.
Me fui a la cama, es decir, me quedé en la cama, tardé al menos dos horas en dormirme. Aquellas fueron las vacaciones más cortas que tuve en mi época escolar. Arrasar con mil seiscientas páginas fue una tarea titánica. Entre los oficios de la casa, mis tareas escolares, las escapas con mi noviecito, y mantener los crespos de las hojas a raya, el tiempo que me quedaba para leer no era tanto como me hubiera gustado. Aun así, terminé de leerlo, nunca de desenroscar sus hojas.
Eran cerca de las once de la noche de la víspera del regreso al colegio. Mis lágrimas no paraban, mi padre me consolaba, “ni que eso fuera verdad”, “hay muchos otros libros”, “no es lo único que tienes para leer”, “eso son sólo mentiras, puros cuentos que alguien se inventó”.
Todas eran verdades para mí y realidades que conocía muy bien. Después de seguir a Jean Valjean por las cloacas del Sena, por tribunales, por calles, huyendo, amando, salvando, hiriendo y dando que hacer a la vida, para al final “verlo y oírlo”, ahí muriéndose, me arrancó el alma. Lloré el resto de la noche, la mañana me encontró abrazada al libro aun con todas sus hojas crespas.
De escritoras
Margaret Atwood (1939)
Escritora canadiense: novelista, crítica literaria, poeta y activista política.
Los cuentos de la criada. 1985
De poetas
José Lezama Lima (1910-1976)
Escritor poeta, novelista, cuentista, ensayista cubano.
Paradiso 1966